Las relaciones entre grandes logias se realizan de forma bilateral y este libro aborda la problemática del reconocimiento de grandes logias usando como hilo conductor las relaciones entre la masonería española e inglesa a finales del siglo XIX. Estudia los criterios de regularidad de la UGLE, por ser el cuerpo masónico al que se realizan las peticiones, comenzando por la base legislativa, los landmarks, y se vale de fuentes diversas, como la correspondencia y las publicaciones masónicas inglesas, para determinar lo que considera qué es y no es masonería. Además, analiza las cuestiones masónicas y no masónicas que influyeron en la evolución de la masonería inglesa y en el reconocimiento de grandes logias, con un punto de inflexión en el «cisma» de 1877.
El autor precisa las razones para el no reconocimiento de la masonería española durante el último tercio del siglo XIX y para ello examina las peticiones realizadas por todo el complejo entramado español a la UGLE, aunque se hace necesario considerar también las que se dieron durante el siglo XX hasta su reconocimiento definitivo en 1987.